Es una nueva área de super-especialización dentro de la oftalmología dedicada a tratar los problemas oculares de los niños. Se ve favorecida por los avances en genética y la aparición de nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento.
Exploración ocular
Nunca es demasiado pronto para explorar a un niño pues incluso un recién nacido puede ser explorado si lo precisa. Retrasar el examen ocular hasta que el niño sea mayor, es incorrecto y puede ser muy grave. Cuanto antes se diagnostique un problema ocular antes se puede tratar y por tanto es mejor el pronóstico. Es importantísimo explorar a recién nacidos o niños de cualquier edad con pupila blanca (leucocoria) pues puede ser causada por enfermedades importantes (cataratas congénitas, enfermedad de Cotas) y excepcional-mente por un tumor maligno (retinoblastoma). Los prematuros deben examinarse lo antes posible y siempre antes de los 4 meses. Se debe explorar a todos los niños con antecedentes familiares de defectos oculares y los que entornan los párpados para ver mejor, tienen dolor de cabeza, fatiga visual, incapacidad de concentración o problemas escolares. En bebés y niños menores de tres años no se puede medir la visión pero se puede comprobar si las estructuras oculares son normales o defectuosas, es decir se puede comprobar si el niño tiene todo lo que hace falta para ver bien. Se valoran los reflejos pupilares, el brillo corneal y los movimientos oculares para detectar posibles estrabismos. En niños mayores se puede medir la agudeza visual con test infantiles. El fondo de ojo y los defectos de refracción se pueden valora a cualquier edad con el empleo de gotas ciclopléjicas. Sin ellas es imposible calcular la graduación exacta en niños ni con los métodos convencionales ni con los sistemas computado-rizados. Si al aplicar las gotas se observa alguna reacción anormal (enrojecimiento, fiebre, agitación, somnolencia) se debe suprimir y avisar al oftalmólogo. Las reacciones normalmente desaparecen en seguida. Con las pupilas dilatadas la luz es molesta y la visión es borrosa pero al pasar el efecto la visión vuelve en su totalidad. La dilatación pupilar tiene diferente duración (horas o días), según la clase de colirio o pomada empleado.
Ojo amblíope (vago, gandul)
Es aparentemente normal pero con visión deficiente incluso con gafas. Aparece en un 8% de los niños. Se trata ocluyendo el ojo sano. Los resultados son mejores cuanto más pequeño es el niño. La recuperación suele ser buena y rápida antes de los cinco años y no suele ser efectiva pasados los doce años.